-Las hojas se van con en el viento.

Muchas veces no nos damos cuenta que todo se puede ir en un abrir y cerrar de los ojos. Para mí, mi último año en la escuela superior fue exactamente así. Trato de recordar y todo parece como si hubiese sido hace poco. Recuerdo los primeros días que no pude estar y ni me importaba, al contrario estaba feliz de estar en mi casa durmiendo. Luego llegue y oficialmente comenzó el año. Recuerdo entrar a 12-1, pensar que era un grupo increíble y rápidamente sentirme como en familia. Pero después me di cuenta que no todo era tan lindo como lo pintaban. Empezaron los problemas, las separaciones y finalmente me dí que en ese grupo hay mucha enemistad. Pero de una u otra forma todo empezó a caer en lugar. Recuerdo nuestro casual day de navidad y nuestro pequeño intercambio, la gira tan ridícula que tuvimos a la placita de rio piedras, la primera gira cuando fuimos a ver a Kaloop, los días que tuve que faltar a la escuela por estar en mi obra, la frustración de todos en Pre-Calculo, nuestros dos pep rallys, las serenatas en san Valentín, el intensivo de Forensics y las competencias, el dia que salimos del salón de Tere a describir la escuela, todos los trabajos que nos mantenían despiertos toda la noche, el día que casi el grupo entero faltó, la gira al viacrucis. Todos esos recuerdos que están grabados en mi corazón para siempre. Pero lo que no está grabado es el tiempo, el tiempo que se fue como las hojas. Me duele mucho tener que decirlo pero finalmente, es hora de aceptarlo. El adiós está a la vuelta de la esquina, y la realidad es que después de esto muchos de nosotros tal vez nunca nos volvamos a ver, todos cogemos caminos diferentes. Pero así es la vida, uno aprende de todo y aunque aprendí más cosas de mis amigos de las que aprendí en la escuela, pude conocerme y saber que la vida no es fácil. A todas esas personas que me ayudaron, gracias. Y les quiero decir adiós, pero que siempre los recordare.